martes, 20 de marzo de 2018

El misterio de las novias búlgaras con los cráneos alargados

Durante el llamado «Völkerwanderung», al comienzo del año 500 y en el límite entre la Edad Antigua y la Edad Media, Alemania sufrió un complejo e interesante periodo de cambios. La caída del Imperio Romano de Occidente y la llegada de las tribus «bárbaras», como los godos, los alemanes, los francos y los lombardos, supuso una gran transformación socioeconómica y cultural que permitió la fundación de muchos de los asentamientos que hoy le dan nombre a las ciudades del país.
Un estudio publicado recientemente en Proceedings of the National Academy of Sciences ha llevado a cabo un profundo análisis genómico de las poblaciones que se movieron por la región de Baviera durante ese periodo. Después de investigar el ADN de 40 personas que vivieron por entonces, los investigadores han observado que estos «alemanes» tenían un aspecto muy similar al de los escandinavos de hoy en día: muchos eran rubios y tenían una piel muy clara, con una genética muy similar a la de poblaciones del norte y centro de Europa. Pero no todos eran así. Entre estas 40 personas han encontrado restos de mujeres que provenían de las actuales Bulgaria, Rumanía y Grecia septentrional y que, curiosamente, tenían unos cráneos excepcionalmente alargados. Esto permite investigar los orígenes de la práctica ritual de alargar las cabezas y sugiere que esas mujeres hicieron un largo camino quizás para acabar casándose con los lugareños.
«Esas mujeres tenían un aspecto extremadamente diferente en comparación con las mujeres del lugar. Realmente eran muy exóticas, por así decirlo», ha dicho en un comunicado Joachim Burger, coautor del estudio e investigador en la Universidad de Mainz (Alemania).
En medio de una población predominantemente rubia, con piel clara y ojos azules, en un pequeño punto de Baviera había un grupo de mujeres procedentes del Este de Europa, que tenían las cabezas alargadas, hablaban un idioma extraño y que tenían el pelo y la piel oscuras. Y, al menos por lo hallado en las tumbas, no había ni rastros de hombres de su grupo.
De hecho, los autores de este estudio genómico esperaban encontrar huellas romanas entre los genes de los «alemanes» del momento. Pero en vez de eso, encontraron un «mundo» habitado predominantemente por personas genéticamente similares a los escandinavos. Y entre estos, un grupo excepcional de mujeres con los cráneos deformados.

Una señal de prestigio

La práctica de alargar las cabezas se llevaba a cabo durante la infancia y consistía en alterar el desarrollo del cráneo con vendas, probablemente con la finalidad de alcanzar un ideal estético y/o como marca de un alto nivel socioeconómico. Esto se ha asociado frecuentemente a los hunos, quienes, liderados por Atila, entraron en Europa durante el siglo V después de Cristo. Pero como no solo ellos llevaron a cabo esta práctica, nunca ha estado claro cómo llegó a Europa occidental. ¿Se aprendió allí? ¿La llevaron otros grupos humanos?
En esta ocasión, el análisis genético realizado en Baviera ha mostrado huellas asiáticas entre estas mujeres venidas de oriente, lo que sugiere que la práctica de vendar las cabezas fue adoptada por personas del sureste de Europa o bien que apareció allí de forma independiente.

Las mujeres, también viajeras de largo recorrido

Otra de las cosas curiosas halladas ha sido que, entre los restos, no han encontrado ni rastro de hombres venido de oriente. Tal como ha explicado en Phys.org Jean Jacques Hublin, investigador en el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva y que no ha participado en el estudio, esta investigación es muy interesante por mostrar ese detalle.
«Normalmente, los movimientos de población de largo recorrido implican a más hombres, (con el papel de exploradores, soldados, líderes), mientras que en los movimientos de corto alcance es más frecuente encontrar a mujeres (porque las esposas se movían con las familias)».
Pero los hallazgos de este estudio sugieren que las mujeres, con la cabeza alargada, también recorrieron largas distancias en la Europa medieval.
No está claro por qué lo hicieron. Pero el hecho de que fueran enterradas con las mismas ropas y útiles que las poblaciones locales, sugiere, según los autores, que estaban integradas en la sociedad.
«Tuvieron que viajar con un propósito», ha dicho Burger. «No es un caso único, hay bastantes». Los autores han especulado con el matrimonio o algún tipo de alianza estratégia entre poblaciones distantes de Europa, en un momento en que desapareció la hegemonía del Imperio Romano.
Para tratar de comprender mejor lo que ocurrió en aquella zona, tratarán de investigar si estas mujeres venidas de lejos tuvieron hijos con los «alemanes» locales. También ampliarán el número de personas investigadas en los análisis para reconstruir el «árbol genealógico» de estas poblaciones, y tratar de averiguar qué influencia celta y romana tuvieron.

lunes, 12 de marzo de 2018

La terapia con células madre podría frenar la esclerosis múltiple progresiva

La esclerosis múltiple es una enfermedad neurodegenerativa causada por la destrucción por el sistema inmune del propio paciente de la capa de mielina que protege las neuronas. Una enfermedad que padecen cerca de 47.000 españoles –y hasta 2,3 millones de personas en todo el mundo–, muy especialmente las mujeres, y para la que no existe cura. Menos aún en las formas progresivas de la enfermedad, para las que ni siquiera hay tratamientos capaces de frenar su evolución. De ahí la importancia de un estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), en el que se describe una terapia con células madre capaz de aliviar los síntomas y de revertir los daños neuronales en las distintas formas de esclerosis múltiple. O así sucede, cuando menos, en modelos animales –ratones.
Como explica Stefano Pluchino, director de esta investigación publicada en la revista «Cell Stem Cell», «nuestro trabajo con ratones muestra que el uso de células reprogramadas del propio paciente podría abrir la puerta al tratamiento personalizado de enfermedades inflamatorias crónicas, incluidas las formas progresivas de la esclerosis múltiple».

Atenuar la respuesta autoinmune

Los macrófagos son las células del sistema inmune responsables de, entre otras funciones, proteger al organismo frente a los invasores, ya sean externos –como sería un virus o una bacteria– o internos –caso de una célula tumoral–. El problema es que estos macrófagos, que actúan como primera línea defensiva del organismo, confunden en ocasiones lo ‘propio’ con lo ‘extraño’ y desencadenan una enfermedad autoinmune. Así sucede en el caso de las ‘microglías’, esto es, de los macrófagos del sistema nervioso central, que pueden llegar a atacar a las neuronas cerebrales y de la médula espinal y causar una inflamación crónica. El resultado es el desarrollo de la esclerosis múltiple progresiva, que a diferencia de la forma más común de la enfermedad –la denominada ‘remitente-recurrente’– no cursa en forma de brotes, sino con un deterioro progresivo del SNC.
Y llegados a este punto, ¿no hay ninguna manera de contrarrestar el daño causado por las microglías a las neuronas? Pues en teoría, sí. Habría que utilizar células madre neurales (NSC), es decir, con capacidad para transformarse en cualquier célula del cerebro y la médula espinal. De hecho, un estudio previo de los mismos autores ya mostró que el trasplante de NSC reduce tanto la inflamación como los daños causados en el sistema nervioso central. Sin embargo, el primer problema que presenta el uso de este tipo de células madre es su origen. Y es que las NSC deben obtenerse de embriones, por lo que más allá de las cuestiones éticas, su disponibilidad es muy limitada. Pero aún hay otro problema y, si cabe, más importante. Dado que estas NSC no proceden del propio paciente, sino de un embrión, pueden ser identificadas por el organismo como ‘invasoras’, por lo que se desencadenaría una respuesta inmune para destruirlas. Lo cual no haría sino aumentar el grado de inflamación.
El uso de células reprogramadas del paciente podría abrir la puerta al tratamiento personalizado de las enfermedades inflamatorias crónicas
Entonces, ¿cuál puede ser la posible solución? Pues recurrir a SNC del propio paciente. Y para ello, lo que han hecho los autores es tomar células de la piel de adultos y ‘reprogramarlas’ para convertirlas en ‘células madre neurales inducidas’ (iNSC), cuya capacidad de diferenciación es similar al de las NSC. Todo ello sin provocar una respuesta inmunitaria. La pregunta entonces es: ¿estas iNSC funcionan?
En el estudio, los autores utilizaron un modelo animal –ratones– de esclerosis múltiple. Y lo primero que vieron es que, como consecuencia de la enfermedad, los animales presentaban unos niveles muy elevados de succinato, un metabolito que envía a la señal a los macrófagos y las microglías para que causen inflamación –si bien solo en el líquido cefalorraquídeo, que no en la sangre periférica.
Así, el siguiente paso fue trasplantar NSC e iNSC directamente en el líquido cefalorraquídeo de los animales. ¿Y qué sucedió? Pues que la inoculación de estas células madre indujo un descenso muy significativo de los niveles de succinato, lo que provocó una ‘reprogramación’ de los macrófagos y las microglías –que básicamente, pasaron de ser células inmunes ‘malas’ a ‘buenas’–. Así, y desarticulada la respuesta autoinmune, se observó una disminución de la inflamación y de los daños sobre el cerebro y la médula espinal.

También en las formas progresivas

En definitiva, el empleo de NSC abre la puerta al tratamiento, y quizás incluso a la cura, de la esclerosis múltiple, incluidas aquellas formas en las que, como ocurre con las progresivas, aún no hay ninguna terapia disponible. O más concretamente, de iNSC, que no solo pueden ayudar a reparar los daños neuronales ocasionados por la enfermedad, sino que también, como recuerdan los autores, presentan ventajas muy notables.
Como indica Stefano Pluchino, «nuestra estrategia resulta especialmente prometedora porque las iNSC no conllevan el riesgo de una respuesta inmune adversa».

domingo, 4 de marzo de 2018

Vacuna para virus respiratorios graves

Un nuevo estudio del CIBER de Enfermedades Respiratorias (CIBERES) y del Centro Nacional de Microbiología (CNM) del Instituto de Salud Carlos III (España) en colaboración con la Geisel Medical School de Estados Unidos, supone un avance importante para la consecución de una posible vacuna que proteja frente a los virus respiratorios más graves y frecuentes en niños de corta edad.

El trabajo “Chimeric Pneumoviridae fusion proteins as immunogens to induce cross-neutralizing antibody responses” se publica en la revista EMBO Molecular Medicine.

El virus respiratorio sincitial (VRS) y el metaneumovirus (MNV) humano son dos virus muy parecidos tanto clínicamente como biológicamente, que están agrupados en la misma familia de virus, la familia Pneumoviridae. Ambos virus (sobre todo el VRS) son la causa principal a nivel mundial de la mayoría de las infecciones respiratorias graves (principalmente bronquiolitis y neumonías), que ocurren preferentemente en los meses de invierno, en niños menores de cinco años y sobre todo en los dos primeros años de vida.

Trabajos recientes indican que anualmente 34 millones de niños sufren una infección grave por el VRS y unos 5-8 millones por el MNV. Aproximadamente un 10% de esas infecciones requieren hospitalización y son causa de hasta 200.000 muertes al año, sobre todo en países en vías de desarrollo.

Las reinfecciones en adultos son frecuentes, aunque menos graves, pero recientemente se ha puesto de manifiesto la gravedad de las infecciones por el VRS y el MNV en ancianos y en adultos inmunocomprometidos, principalmente receptores de trasplantes de órganos o de médula ósea.
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Robot blando intracorporal para ayudar a latir al corazón

Se ha diseñado un robot blando, personalizable, cuya función es parecida en algunos aspectos a la de un exoesqueleto artificial, solo que en vez de ocuparse de potenciar la movilidad de una extremidad, se ocupa de potenciar la del corazón, ayudándolo a latir, y abriendo con ello el camino hacia nuevas opciones de tratamiento para personas que sufren de insuficiencia cardiaca. El cuerpo del robot blando se retuerce y se comprime en sincronía con los latidos del corazón, reforzando las funciones cardiovasculares debilitadas por la insuficiencia cardiaca. A diferencia de los dispositivos disponibles en la actualidad para ayudar a la función cardiaca, el robot blando no entra directamente en contacto con la sangre. Esto reduce el riesgo de coagulación y elimina la necesidad del paciente de tomar medicamentos que disminuyan la densidad sanguínea, los cuales pueden ser potencialmente peligrosos. El singular aparato podría algún día ser capaz de hacer de puente antes de un trasplante o ayudar a la rehabilitación y recuperación cardiacas. Esta investigación demuestra que el campo en expansión de la robótica blanda puede satisfacer importantes necesidades clínicas y posiblemente reducir el problema de la insuficiencia cardiaca, mejorando la calidad de vida de los pacientes, tal como argumenta Ellen T. Roche, antes en la Universidad Harvard en Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos, y ahora en la Universidad Nacional de Irlanda. Las pruebas recientes con este robot blando confirman la validez del concepto, al demostrar que puede interactuar de forma segura con los tejidos biológicos blandos y mejorar la función cardiaca.

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jueves, 1 de marzo de 2018

se repara tejido cerebral dañado

Unos investigadores del Centro de Biociencia Regenerativa (dependiente de la Universidad de Georgia en la ciudad estadounidense de Athens) y otras entidades han desarrollado un nuevo tratamiento para los derrames cerebrales que reduce el daño cerebral y acelera las tendencias de curación naturales del cerebro en modelos animales. Si todo va bien, los ensayos clínicos con humanos podrían iniciarse a partir del próximo año.

El equipo del profesor Steven Stice ha ideado dicho tratamiento, denominado AB126, basado en el uso de vesículas extracelulares, también conocidas como exosomas, que son estructuras llenas de fluido, generadas en este caso por células madre neurales humanas.
Este tipo de terapia regenerativa basada en vesículas extracelulares parece ser la más prometedora a la hora de superar las limitaciones de muchas terapias celulares, gracias a que los exosomas poseen la capacidad de almacenar, transportar y suministrar múltiples dosis de sustancias terapéuticas.

La forma tubular de un exosoma, pequeño en tamaño, permite aplicar terapias atravesando barreras que son insalvables para otras técnicas. Los exosomas proporcionan la ventaja de hacer pasar desapercibidos sus cargamentos para las propias defensas del cuerpo que podrían interceptar dichos cargamentos.

Tras la administración de AB126, los investigadores se valieron de escaneos por resonancia magnética (MRI) para medir las tasas de atrofia cerebral en modelos animales de tejido afectado por derrame cerebral. Observaron una disminución aproximada del 35 por ciento en el tamaño de la lesión y del 50 por ciento en la pérdida de tejido cerebral.

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El virus del Zika puede combatir tumores cerebrales

El virus del Zika, temido porque causa microcefalia en bebés cuyas madres se infectaron durante la gestación, pues ataca a las células que darán origen a la corteza cerebral del feto, puede erigirse en una alternativa para el tratamiento del glioblastoma, el tipo más común y más agresivo de cáncer cerebral en adultos.

Este descubrimiento estuvo a cargo de científicos de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas de la Universidad de Campinas (FCF-Unicamp), en el estado de São Paulo, en Brasil. El estudio, producto de un Proyecto Temático que contó con el apoyo de la Fundación de Apoyo a la Investigación Científica del Estado de São Paulo - FAPESP, aparece descrito en un artículo presente en el repositorio de Ciencias Biológicas bioRxiv y también publicado ahora en Journal of Mass Spectrometry.


 "El virus del Zika, que se convirtió en una amenaza a la salud en toda América, podría ser modificado genéticamente para destruir células de glioblastomas", dijo Rodrigo Ramos Catharino, docente de la FCF-Unicamp y coordinador del Laboratorio Innovare de Biomarcadores de dicha institución.

Estudios anteriores realizados recientemente en Brasil y en el exterior indicaron que células progenitoras neurales humanas (hNPCs) infectadas por el virus del Zika exhiben tasas incrementadas de mortalidad, junto con un compromiso del crecimiento y anormalidades morfológicas.

Las alteraciones de esas células -que son precursoras de las células cerebrales y se transforman en la corteza cerebral en embriones y fetos- pueden ser una posible causa de microcefalia en bebés cuyas madres fueron infectadas por el virus del Zika. Otros estudios indicaron que el virus es capaz de desplazarse a las células cerebrales, modificar la regulación del ciclo e inducir su muerte.

Con base en estas observaciones, los investigadores de la Unicamp decidieron analizar qué provocaría el virus del Zika al infectar células de glioblastomas. Para ello infectaron células humanas de gliobastomas malignos con el virus del Zika y registraron imágenes de las mismas en microscopios 24 horas y 48 horas después de la infección, a los efectos de verificar eventuales alteraciones metabólicas (efectos citopáticos) provocadas por la inoculación del virus.

Los resultados de los análisis indicaron que las células de glioblastomas exhibieron efectos citopáticos leves luego de 24 horas de la infección, tales como células redondas e hinchadas, sumados a la formación de sincitios, células multinucleadas en las cuales la membrana celular engloba varios núcleos.

Los efectos citopáticos más severos se observaron 48 horas después de la infección, cuando se constató la existencia de una mayor cantidad de células redondas e hinchadas, la formación de sincitios y la pérdida acentuada de integridad celular, lo que constituye un preanuncio de la muerte celular

Descubren un nuevo mecanismo implicado en el alzhéimer

Con una esperanza de vida cada vez más larga y una población cada vez más envejecida, el principal reto de la medicina actual es el desarrollo de tratamientos para enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer, cuyo riesgo se incrementa con la edad. La investigación básica es fundamental para desarrollar marcadores y terapias, sobre todo si tenemos en cuenta que el último fármaco para tratar esta enfermedad se aprobó hace 14 años y solo consigue ralentizar levemente el ritmo de progresión.

Pionero en el estudio del papel de una proteína denominada Reelina, que podría participar en la pérdida de memoria y la dificultad de aprendizaje características de la enfermedad de Alzheimer, el grupo de Javier Sáez Valero, del Instituto de Neurociencias de Alicante, centro mixto de la Universidad Miguel Hernández y el CSIC (España), acaba de poner otra pieza en el complicado puzle de la enfermedad de Alzheimer, al descifrar parte del mecanismo por el que la proteína Reelina falla en su importante función relacionada con la memoria y el aprendizaje.
“En estudios previos habíamos demostrado que los niveles de Reelina están aumentados en el cerebro de las personas con enfermedad de Alzheimer. Posteriormente vimos que, a pesar de ese incremento, paradójicamente la Reelina fallaba en sus funciones, que están relacionadas con los procesos de memoria y plasticidad sináptica”, explica Sáez Valero.


La plasticidad sináptica, que está deteriorada en el alzhéimer, es un proceso por el cual las conexiones entre las neuronas (sinapsis) se debilitan o refuerzan en función de la experiencia cotidiana. Gracias a esta plasticidad podemos memorizar, aprender y adaptarnos a situaciones nuevas.

En este nuevo trabajo, publicado en FASEB Journal, los investigadores del Instituto de Neurociencias de Alicante UMH-CSIC han constatado que el aumento ineficaz de la Reelina observado en las personas con alzhéimer se debe a un fallo inducido por la proteína beta-amiloide, característica de la enfermedad de Alzheimer.

En condiciones normales, la Reelina se une a un receptor de las neuronas denominado ApoER2 para ejercer su función y a la vez mantener su producción en niveles adecuados. “En el cerebro de las personas con enfermedad de Alzheimer, aunque haya más Reelina, esta no interacciona correctamente con el receptor ApoER2, a causa de la interferencia que provoca la proteína beta-amiloide. Esta interferencia hace que se genere un bucle que permite la sobreproducción de Reelina que no es funcional”, explica el doctor Sáez Valero.
El siguiente paso en esta investigación se centrará en ApoE para descifrar si la propensión a desarrollar esta enfermedad neurodegenerativa tiene que ver con estos fallos en la Reelina que han detectado. El equipo de Sáez Valero considera determinante aclarar estas alteraciones ya que pueden afectar a la capacidad de la Reelina para proteger al cerebro contra la toxicidad de la proteína beta amiloide característica de la patología.