miércoles, 21 de febrero de 2018

Los médicos lanzan un observatorio para combatir las pseudoterapias

La Organización Médica Colegial critica la "ausencia de controles" frente al charlatanerismo.

Las llamadas terapias alternativas no han probado su utilidad para curar a los pacientes.
En pleno debate político sobre la respuesta que se debe dar a las pseudoterapias y los curanderos, los médicos vuelven a tomar partido en favor de las terapias con aval científico. La asamblea general de la Organización Médica Colegial (OMC) aprobó este fin de semana la creación de un observatorio contra las pseudociencias, pseudoterapias, intrusismo y sectas sanitarias, que sirva de sistema de alerta y de información frente a la proliferación de estas prácticas que pueden poner en riesgo a los pacientes.
En la asamblea también se ha adoptado la creación de un grupo de trabajo con infraestructura y recursos básicos sobre el uso y aplicación de estas técnicas y terapias no convencionales, consideradas inútiles por el Ministerio de Sanidad. Además, se trabajará para "la denuncia de las webs con contenido pseudocientífico no acreditadas, en la mayoría de los casos muy peligroso, además de publicidad engañosa e intrusismo", según explica la OMC en un comunicado.
Desde ahora, la web de la OMC cuenta con un formulario de denuncia y una página en la que se desarrollan los criterios y fundamentos de este observatorio, al que han contribuido organizaciones de la sociedad civil como la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP), la Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico (ARP-SAPC) y el Círculo Escéptico.
La intención del organismo que representa a los colegios de médicos es crear "red estructurada colegial a nivel estatal, que permita compartir y transmitir información contrastada, verificada y validada sobre este tipo de pseudoterapias". Otro de los objetivos que la OMC expone en un comunicado es la "la creación de una masa crítica adecuadamente informada y responsable con capacidad para decidir y responder, enfocada a la prevención, educación en salud y salud pública, además de salvaguardar la salud y la seguridad de los pacientes y ciudadanos". 
En las últimas semanas, se ha reabierto el debate sobre cómo debe afrontarse este problema creciente del uso de las pseudoterapias por parte de la población, que puede terminar incluso con el fallecimiento del enfermo, como ocurrió en el caso del joven que abandonó el tratamiento de su leucemia. El grupo de Ciudadanos en el Congreso ha planteado una proposición para que los médicos deban denunciar los casos de curanderos que pongan en riesgo la salud de los pacientes. El PSOE aboga por regular, para mantener algún control, y el Ministerio de Sanidad asegura que con la legislación actual ya se debería denunciar a los pseudoterapeutas que practiquen estas pseudociencias sin titulación sanitaria.
Para los médicos, “resulta sorprendente" que en campos como el de la lucha contra el cáncer, donde más avanza la medicina, sea en los que "las pseudociencias, los productos milagro, las falsas terapias (algunas denominadas “medicamentos“), el intrusismo y hasta las sectas (también en la esfera sanitaria), ejercen su principal actuación”, según la OMC, en "un contexto de absoluto vacío legal y ausencia de controles de calidad, seguridad y efectividad en este tipo de actuaciones".
Otro de los fines del observatorio recién creado es el de "informar y concienciar" para que las actuaciones de los profesionales médicos no caigan en "prácticas basadas en las pseudociencias o que responden a publicidad engañosa". Por ello, la OMC aspira a "garantizar que en la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud (SNS) no se utilicen falsas terapias, productos milagro ni técnicas pseudocientíficas engañosas o que no tengan un sustrato científico experimental y de efectividad reconocido y probado". La organización denuncia que estas prácticas "están instalándose en hospitales y centros sanitarios tanto públicos como privados, con la permisividad sorprendente de responsables gerenciales".
El Ministerio de Sanidad identificó en su informe hasta 139 técnicas en el ámbito de las terapias naturales o alternativas: ninguna de ellas conseguía mejorar la salud de los pacientes (salvo la acupuntura en unos pocos casos para mitigar algunos dolores) más allá del efecto placebo y solo una mínima parte iban fundamentalmente dirigidas a mejorar el bienestar o el confort del usuario, según el documento.

Terapia efectiva contra el tumor cerebral

El Instituto de Neurociencias de Castilla y León (INCYL) de la Universidad de Salamanca (España) estudia el glioma, el cáncer cerebral más frecuente. En los últimos años un equipo de investigación dirigido por Arantxa Tabernero ha descubierto que una proteína, llamada conexina 43, consigue frenar la progresión de la enfermedad y ha desarrollado un método para hacerla llegar a las células tumorales. Ahora, un trabajo publicado en la revista Stem Cell Reports muestra nuevos avances que pueden ser clave para desarrollar una terapia, ya que han demostrado que el tratamiento que han desarrollado es efectivo en muestras de pacientes y, además, reduce la movilidad de las células del glioma, un factor decisivo para su expansión.

Ante un tumor cerebral desaparece la conexina 43, que es fundamental para que se comuniquen entre sí los astrocitos, células de la glía con un papel muy importante en el sistema nervioso. Los científicos comprobaron hace tiempo que al restaurar esta proteína en ratones, el tumor cerebral crecía más despacio, así que empezaron a pensar que podría tener una utilidad terapéutica.
Sin embargo, es inviable aplicar la proteína completa como herramienta terapéutica, así que los investigadores del INCYL diseñaron un péptido –compuesto formado por un número reducido de aminoácidos– que consigue el mismo efecto y lo patentaron. Desde entonces, “vamos dando todos los pasos que nos permiten acercarnos a un tratamiento efectivo”, explica a DiCYT Arantxa Tabernero.

El penúltimo capítulo fue desarrollar un método para introducir este agente en las células tumorales. Consiste en unirlo a una secuencia de una proteína presente en el virus del VIH que es inocua pero que tiene una gran capacidad para penetrar en las células.

La novedad más reciente es que ese éxito del laboratorio se ha podido llevar un paso más allá gracias a la colaboración del INCYL con el Servicio de Neurocirugía del Hospital Clínico Universitario de Salamanca. “Cuando realizan una operación quirúrgica nos ceden un trozo del tumor para que podamos estudiar el efecto del péptido”, comenta la investigadora.
 

Nuevo medicamento para el asma

Un nuevo medicamento para el tratamiento del asma fue desarrollado en el Laboratorio de Ingeniería de Bioprocesos del Instituto de Biotecnología (IBT) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en colaboración con la farmacéutica mexicana Laboratorios Liomont.

La innovación biotecnológica consiste en un anticuerpo monoclonal recombinante —proteína— proveniente del ovario de un hámster chino que posee una propiedad llamada ‘especificidad’, que le confiere la capacidad de reconocer moléculas muy particulares del cuerpo. De acuerdo con los responsables del proyecto, el desarrollo tecnológico ya fue transferido al Laboratorio Liomont y se encuentra por arrancar la fase de investigación clínica.
La doctora Laura Alicia Palomares Aguilera, investigadora titular del IBT y responsable del proyecto, explicó que la colaboración del instituto en este proyecto se dio a petición de los Laboratorios Liomont y consistió, básicamente, en el desarrollo de un proceso para la producción de un anticuerpo monoclonal.

“Este proyecto se realiza en colaboración con Laboratorios Liomont, empresa cien por ciento mexicana, la cual buscó hace tres años al IBT como socio para el desarrollo de dicha tecnología. Ellos definieron la molécula con la que trabajaríamos y nosotros nos encargamos de toda la parte científica y tecnológica del proyecto, mientras que Liomont financió el trabajo”.

El proyecto también recibió recursos —durante tres años— provenientes del Programa de Estímulos a la Innovación (PEI) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Molécula clonada

El primer paso que dio el grupo de investigación para llegar a este nuevo medicamento consistió en definir la secuencia genética de la molécula; posteriormente avanzaron al diseño de un nuevo gen para producir una línea celular recombinante —selección de células presentes en el ovario de hámster chino, mismo que cuenta con la capacidad de producir la proteína seleccionada por el laboratorio— a partir de la cual clonaron la molécula.

“Estudiando los ordenadores podemos aprender cómo funciona el cerebro”

El Nobel de Medicina, Edvard Moser, apadrina el nuevo equipo del Instituto de Bioingeniería de Cataluña.

Edvar Moser (i), el director del IBEC, Josep Samitier (c) y el neurocientífico Paul Verschure (d).

Evitar un ataque epiléptico o hacer que una persona ciega pueda ver podría ser una realidad en un futuro no muy lejano. Todo ello, gracias a la neuroingeniería, una disciplina científica que utiliza técnicas de ingeniería para tratar las enfermedades de los sistemas neuronales y así mejorar nuestra calidad de vida a través de la ciencia. El Premio Nobel de Medicina 2014, Edvard Moser, ha presentado este lunes en un acto en el Palau Macaya de Barcelona el nuevo equipo de investigación del Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC). Este grupo de científicos apostará por "fortalecer la búsqueda en neuroingeniería", desarrollando tecnologías para luchar contra enfermedades relacionadas con el cerebro y el envejecimiento de la población.
Moser, que dirige en Noruega el Instituto Kavli de Neurociencia de Sistemas, fue premiado con el Nobel de Medicina por su trabajo sobre las neuronas “células de red”, imprescindibles para que nos podamos orientar en el espacio. Este científico afirma que “se puede aprender mucho” estudiando el funcionamiento de los ordenadores y los cerebros. “Si haces que interactúen entre ellos puedes encontrar mejores tratamientos para algunas enfermedades que de otro modo sería imposible”, ha explicado Moser.
El nuevo equipo del IBEC será liderado por el profesor Paul Verschure, director de un grupo multidisciplinar formado por más de 30 investigadores. Su actividad se organizará en tres dimensiones: la teoría de la mente y el cerebro; los dispositivos biomiméticos, y la reparación cerebral y las nuevas tecnologías para mejorar la calidad de vida.
Estos científicos colaboraran con los hospitales Parc Taulí, Esperança, Vall d’Hebrón y Hospital del Mar para trabajar en la rehabilitación y recuperación tras un accidente cerebrovascular, epilepsia y otras enfermedades cerebrales. Verschure ha afirmado que en este último centro médico ya se están realizando pruebas con pacientes con epilepsia para evitar las consecuencias del ataque de esta enfermedad.

Retraso de la muerte de SIDA

Sabias que?
La supervivencia de personas con SIDA -aunque la existencia sea complicada- ha aumentado debido a la terapia combinada de antirretrovirales. Incluso este modelo es seguido hoy en día para el tratamiento de otras enfermedades como el cáncer de pulmón o enfermedades cardíacas.
En muchos casos, este tratamiento ha ayudado a bloquear el paso del virus del VIH de madres infectadas a sus hijos, y el siguiente paso, sin duda, es la cura de la enfermedad.

SABÍAS QUÉ..


El primer paso hacia el retorno del mamut

El genetista Carles Lalueza-Fox recuerda en un libro su contribución a la 'reinvención' de especies desaparecidas.

El mamut es, sin duda, el candidato paradigmático para la des-extinción y del que más información genética y funcional se dispone en estos momentos. Entender los avances en el conocimiento de su fisiología y aspectos adaptativos nos ayudará a valorar las dificultades técnicas de la posible des-extinción. Su aspecto majestuoso y su gran tamaño (medían cerca de cuatro o cinco metros de altura en la cruz y pesaban entre seis y ocho toneladas) lo han convertido en el icono de los animales de la Edad del Hielo. Por razones difíciles de objetivar, solemos tener una conexión empática con ellos, igual que la tenemos con los elefantes actuales, en los cuales destacamos cualidades humanizantes, como la inteligencia, el cuidado parental o la memoria a largo plazo. Esto no se produce con otros animales que, en general, nos resultan menos simpáticos. 
Esta fascinación por los mamuts no es actual; también la intuimos en los humanos que convivieron con ellos —y que con toda probabilidad contribuyeron a su extinción—. Encontramos representaciones suyas en numerosas pinturas rupestres del Paleolítico superior, como Chauvet o Pech Merle. En la cueva de Rouffignac (Périgord Negro), por ejemplo, hay más de 150 representaciones de mamuts (lo que constituye el 70% de todos los animales pintados allí y el 30% de todas las representaciones conocidas en Europa). También hay utensilios y figuras talladas en el marfil de sus colmillos. Quizás la evidencia más impresionante es la llamada figura Löwenmensch, procedente de la cueva alemana de Hohlenstein-Stadel y descubierta en 1939 (algunos fragmentos adicionales se descubrieron entre 1997 y 1998 y se pudieron encajar en la pieza original). La figura, tallada en un colmillo de mamut y datada en hace unos 40.000 años, tiene casi 30 centímetros de largo y es probablemente el ejemplo más antiguo de arte figurativo. Al mismo tiempo, su carácter claramente mágico le confiere un aire misterioso: muestra el cuerpo de un hombre con la cabeza de un león de las cavernas. Los mamuts no solo proporcionaban el soporte físico y la sustancia imaginativa para el mundo espiritual de los humanos de la Edad del Hielo; estos también utilizaron sus restos, que incluían huesos, colmillos y pieles, como elementos constructivos, funerarios e incluso como combustible.
La figura Löwenmensch (el hombre león).
Es probable que los mamuts también contribuyeran con su carne a alimentar a los cazadores paleolíticos, pero no está claro si los cazaron activamente ni cómo lo hicieron. A pesar de las numerosas representaciones heroicas en este sentido en diversos museos y libros, los detalles precisos de este tipo de cacería escapan a los expertos. Aunque la mayoría no tiene problemas en admitir que cazadores experimentados podrían camuflarse entre la hierba alta de la estepa mamútica y acercarse hasta estas enormes bestias (las cuales, como los elefantes actuales, es probable que no tuvieran muy buena vista), lo que podía ocurrir después es motivo de controversias. Si los atacaban de forma activa, ¿con qué armas lo hacían? No parece fácil que pudieran penetrar la enorme cubierta de pelaje y el tejido graso subcutáneo de un animal adulto con sus lanzas de puntas líticas.
En la iconografía arqueológica con frecuencia se representan trampas en forma de grandes agujeros donde los animales se precipitaban y donde los humanos los acababan de rematar; pero en las condiciones frías de Europa central y del este, donde el suelo estaría permanentemente congelado, no sería viable excavar dichos agujeros (aún hoy no podría hacerlo ni una potente máquina excavadora). Tampoco hay ninguna evidencia firme de que pudieran emboscarles y lanzarles una gran piedra en la cabeza desde un risco. Las acumulaciones de huesos en la Cotte de Saint-Brélade, en un acantilado de la isla de Jersey, se interpretaron como evidencia de caza colectiva y de que hicieron despeñarse por él a los mamuts para después aprovechar la carne, pero una reciente reinterpretación del yacimiento parece sugerir que son ejemplares no contemporáneos, sino transportados allí y acumulados a lo largo de muchas generaciones.
En 2003, en el yacimiento de Lugovskoe, en Siberia, se encontró una vértebra de mamut con una punta de lanza musteriense clavada, lo que indica que la caza por parte de los neandertales tuvo que ser una realidad. Pero todo parece indicar que debía de ser una actividad oportunista e irregular y que debía de estar centrada en atacar animales rezagados, enfermos o crías. En el período magdaleniense, hace cerca de 12.000 años, todavía encontramos diversas representaciones de mamuts, como en la cueva de Combarelles o de la Madeleine (ambas en la Dordoña), pero después dejan de representarse. Sea como sea, es evidente que el resultado final de las interacciones entre humanos y mamuts fue la extinción de estos proboscídeos.
Los antepasados de los mamuts salieron de África y se expandieron por Eurasia hace cerca de tres millones de años; algunas poblaciones de la zona de China y Siberia se adaptaron a las condiciones frías de la estepa y de forma progresiva suplantaron a otras formas anteriores [...]. Las formas adaptadas a las condiciones árticas tenían algunos rasgos característicos, como orejas y cola reducidas —para conservar el calor corporal—, un denso pelaje acompañado de una gruesa capa de grasa subcutánea y numerosas glándulas sebáceas que ayudaban a repeler el agua y a mejorar el aislamiento térmico. Hace cerca de doscientos mil años, el mamut había colonizado el norte de Siberia y se extendió después hasta el oeste de Europa, hasta llegar a la península ibérica. También se movió hacia el este, cruzó Beringia y penetró en el continente americano; de esta forma, ocupó la parte norte de tres continentes distintos.
Sin embargo, las poblaciones empezaron a declinar con la llegada del último gran máximo glacial, hace unos 20.000 años y ya nunca se recuperaron demográficamente. Quedaron algunas poblaciones aisladas en el norte de Siberia y en la isla de Wrangel, donde los últimos mamuts, considerablemente reducidos en tamaño y en diversidad genética, se extinguieron hace tan solo 4.300 años —es decir, más tarde que la construcción de las pirámides de Egipto—.
Desde el inicio de la disciplina del ADN antiguo, a finales del siglo pasado, el mamut se convirtió en un objetivo obvio para dichos estudios de recuperación de material genético del pasado. Existía una pregunta científica clara que sí podía ser contestada con las limitadas posibilidades técnicas de aquella época, que solo permitían la recuperación artesanal de pequeños fragmentos de ADN mitocondrial: la relación filogenética entre los mamuts y los elefantes actuales (los africanos y los asiáticos). [...]
Hoy día, con más información genética disponible, se estima que entre hace siete y cinco millones de años divergen, en primer lugar, los elefantes africanos y, en segundo lugar, los mamuts de los elefantes asiáticos, que serían por tanto sus parientes vivos más cercanos. Aunque en aquella época esto se percibía como un ejercicio puramente taxonómico, ahora sabemos que se trata de una información clave para la des-extinción, que requiere conocer con precisión la especie viva que es desde un punto de vista genético más similar a la que se pretende reinventar.

Científicos curan ratones con cáncer de colon y los inmunizan

Este trabajo del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona abre la puerta a que se desarrolle el primer tratamiento basado en inmunoterapia para pacientes con cáncer de colon metastásico.
Científicos del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona (IRB) han conseguido curar a ratones de laboratorio enfermos de cáncer de colon con metástasis neutralizando la hormona TGF-beta y que queden inmunizados ante un nuevo cáncer en ese órgano.
El investigador Eduard Batlle, que desarrolla su trabajo en el Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona (IRB), ha liderado un equipo de científicos que ha constatado que la hormona TGF-beta es la responsable de que el sistema inmune sea ciego ante las células tumorales de colon, ha explicado hoy en rueda de prensa en Barcelona.
Este trabajo se publica hoy en la revista Nature, que también incluye otro estudio de una farmacéutica norteamericana que llega a las mismas conclusiones que el equipo de Batlle investigando la falta de respuesta a la inmunoterapia en pacientes con cáncer de vejiga.
Cuatro años de trabajo
JunDaniele Tauriello, que ha aplicado a ratones de laboratorio cuatro de las mutaciones genéticas más comunes presentes en los tumores humanos de colon avanzados, durante cuatro años de trabajo. 
"La creación del modelo animal nos ha llevado cuatro años pero hemos dado en el clavo", ha asegurado Tauriello en la misma rueda de prensa.
Prudencia
Eduard Batlle, miembro de la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA), ha llamado a la prudencia porque ahora se deben trasladar estos resultados positivos en ratones a ensayos clínicos con personas humanas, "que son más heterogéneas".
No obstante, se ha mostrado "convencido que habrá muchos pacientes de cáncer colorrectal que se podrán beneficiar de esta investigación".
Este trabajo abre la puerta a que se desarrolle el primer tratamiento basado en inmunoterapia para pacientes con cáncer de colon metastásico y para aquellos que tienen mal pronóstico, pero aún no han desarrollado metástasis.
Según los investigadores, oncólogos y compañías farmacéuticas iniciarán pronto ensayos clínicosque combinen inhibidores de TGF-beta, ya disponibles para uso clínico, con inmunoterapias.



Dato interesante del cancer

Sabias que????
Con el paso de los años los diferentes tipos de cáncer se han convertido en una de las enfermedades que generan mayores tazas de mortalidad mundial. Dos medicamentos, uno para el cáncer de mama que actúa en aproximadamente el 25% de las mujeres y uno dirigido a evitar la mutación de células cancerosas, han revolucionado la medicina.

Baja proporción de muertes por ataques al corazón


Sabias que???
Hace 25 años un ataque al corazón no tenía solución, sin embargo, hoy en día la velocidad de actuación es la que permite seguir con vida a alguien que sufre un infarto. Las drogas inventadas permiten eliminar coágulos, los cateterismos ayudan a desobstruir arterias y venas, e incluso hay diferentes operaciones a corazón abierto para solucionar problemas cardíacos.

Terapias génicas

La Administración Americana de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) ha aprobado por primera vez el uso en Estados Unidos de una terapia génica para tratar el cáncer. En concreto, según informó la FDA en un comunicado, se ha autorizado la utilización de Kymriah (tisagenlecleucel) como tratamiento para niños y jóvenes que sufren una forma de leucemia linfocítica aguda (LLA).
La propia FDA considera que se trata de una decisión “histórica” que da paso “a un nuevo enfoque para el tratamiento del cáncer y otras enfermedades graves y potencialmente mortales”.
“Estamos alcanzando una nueva frontera en la innovación médica con la capacidad de reprogramar las células de un paciente para atacar un cáncer mortal”, explicó Scott Gottlieb, comisionado de la FDA. “Las nuevas tecnologías, como las terapias génicas y celulares, ofrecen el potencial para transformar la medicina y crear un punto de inflexión en nuestra capacidad para tratar e incluso curar muchas enfermedades intratables. En la FDA, estamos comprometidos a ayudar a acelerar el desarrollo y revisión de tratamientos innovadores que tienen el potencial de salvar vidas “, añadió el especialista.

Kymriah, comercializado por la compañía Novartis, es una inmunoterapia celular autóloga (es decir, en la que el afectado ejerce también de donante) genéticamente modificada. Así, cada dosis constituye un tratamiento personalizado creado a partir de las células T o linfocitos del propio paciente.
De esta forma, una vez recopiladas, las células T son modificadas genéticamente para incluir un nuevo gen que contenga una proteína específica (un receptor de antígeno quimérico o CAR) que dirige los linfocitos para atacar a las células leucémicas que presenten un antígeno específico (CD19) en la superficie. Tras ser modificadas, las células T se introducen de nuevo en el paciente para matar las células cancerosas.
El cáncer infantil más común
La LLA constituye el cáncer infantil más común en los Estados Unidos y, según el Instituto Nacional del Cáncer, se estima que aproximadamente 3.100 pacientes menores de 20 años son diagnosticados con esta dolencia cada año. Kymriah está aprobado para su uso en pacientes pediátricos y adultos jóvenes con LLA de células B y está dirigido a aquellos individuos cuyo cáncer no haya respondido a los tratamientos habituales o hayan sufrido varias recaídas, algo que sucede en un 15-20% de los pacientes. “Se trata de un tratamiento de primera clase que responde a una importante necesidad no satisfecha para niños y adultos jóvenes con esta grave enfermedad”, señaló el director del Centro de Evaluación Biológica de la FDA (CBER), Peter Marks.
La seguridad y la eficacia de Kymriah se demostraron en un ensayo clínico multicéntrico de 63 pacientes y su tasa de remisión general en los tres meses de tratamiento fue del 83 %.
Por otra parte, entre los posibles efectos secundarios graves de Kymriah se encuentra
el desarrollo del Síndrome de liberación de citoquinas, que causa altas fiebres, síntomas similares a los de la gripe y efectos neurológicos que pueden ser mortales. También puede provocar infecciones graves, lesiones renales agudas hipotensión e hipoxia. La mayoría de estos síntomas aparece antes de los 22 primeros días tras la administración de la terapia

. El funcionamiento de la terapia consiste en extraer los propios linfocitos del paciente, llevarlos a un laboratorio de la compañía farmacéutica, modificarlos genéticamente para que sean capaces de atacar a las células de cáncer y volver a inyectárselos al enfermo. Eso se logra empleando virus del sida mutilados que utilizan la capacidad de este microorganismo para secuestrar las células humanas y ponerlas a su servicio. En este caso, el potencial del VIH para el mal se aprovecha para mejorar las células del sistema inmune que suele destruir.

Veneno de abeja contra esclerosis

La apiterapia es una técnica de medicina no convencional que utiliza el veneno de abeja para sanar. Este no se toma por vía oral ni tampoco se administra aleatoriamente, sino que se aplica en sesiones dirigidas por profesionales especializados.
¿Por qué apiterapia? La pregunta es razonable si alguna vez has tenido la desgracia de que te pique una abeja. El dolor es muy molesto, e incluso tarda un poco en irse. ¿Pero qué tal si te dijera que la apiterapia es capaz de combatir la esclerosis múltiple, una enfermedad que paraliza al organismo haciéndole perder movilidad?
Es este el caso de Sami Chugg, quien en 1998 fue diagnosticada con esta enfermedad, y quien poco a poco fue perdiendo la capacidad de moverse hasta quedar inmobilizada al perder la capacidad de caminar. La esclerosis múltiple destruye la comunicación entre células nerviosas e incapacita progresivamente al individuo.
Sin embargo, Chugg, al no encontrar tratamientos que la curaran, decidió apostar por la medicina alternativa, concretamente al veneno de las abejas. A lo largo del tratamiento recibió 1.500 picaduras de abejas, y los resultados fueron extraordinarios.
No sólo Chugg consiguió eliminar el dolor que causa la esclerosis múltiple, sino que también pudo recuperar su capacidad de movimiento, volviendo a caminar y experimentando una mejoría significativa de su enfermedad.
El caso tal vez resulte llamativo, pues a decir verdad resulta extremo. En realidad lo que ocurrió no fue más que una reacción orgánica a un estímulo concreto. El sistema nervioso actuó en contra del veneno de abeja y reanudó con ello su actividad en decaimiento, luchando con éxito contra la enfermedad.
Esclerosis Múltiple (MS) es una enfermedad  neurodegenerativa que afecta aproximadamente a  240.000 norteamericanos (0,1 % de la población o 1 de cada 1.000 habitantes), teniendo  una  mujer el doble de probabilidad de padecer la enfermedad con respecto a un hombre (1) Los pacientes afectados se quejan de inestabilidad en el andar, perturbaciones visuales, fatiga, demencia, trastornos sexuales y de la vejiga, y síntomas de trastorno del tallo cerebral (disfagia, nistagmus, y temblor de intención). MS se caracteriza por un deterioro crónico (MS crónica-progresiva) o periodos de exacerbación con mejoras subsecuentes en la condición, conocida como MS recidivante-remitente.
Las abejas han sido apreciadas  durante mucho tiempo para propósitos medicinales. Hipocrates, el padre de medicina, usó  abejas pulverizadas  y  aguijones de abejas  en sus prácticas médicas. De Carlomagno también se ha documentado, que se picaba a sí mismo  con abejas (8) Sé pensado que las abejas tenían efectos beneficiosos en el dolor crónico, ayudaban a la  digestión y podían restaurar humores vitales del cuerpo. Sin embargo, la investigación  científica sobre  picaduras de  abeja no empezó hasta finales del siglo XIX. El médico austríaco Phillip Terc, notó que sus pacientes de reumatismo experimentaron resultados positivos con las picaduras de abeja (9)

La utilización primaria de la terapia con  veneno de abeja (BVT) en medicina alopatica  ha sido orientada a contrarrestar la alergia a la  picadura de abeja por medio de inyecciones de desensibilización. Para muchas personas, una picadura de abeja es solo una transitoria  molestia dolorosa. Pero para el  0.5 –2.0  % de la población, una sola picadura puede activar una reacción alérgica extrema que afecta el sistema respiratorio. Esta respuesta  es conocida como una reacción anafiláctica. Otras reacciones fisiológicas  durante el choque anafiláctico incluyen disminución de la presión de la sangre, salpullidos superficiales,  taquicardia, escalofríos y palidez generalizada. 

¿Adiós al dolor crónico? la clave está en el gen ZFHX2

El dolor es una sensación que, aun ciertamente desagradable, resulta totalmente necesaria. Y es que el dolor es la señal de alarma que indica al organismo que algo ‘no va bien’, como sería que nos hemos hecho una herida o que nos estamos quemando. El problema tiene lugar cuando este dolor deja de ser un mecanismo de alarma y no desaparece. O lo que es lo mismo, cuando se cronifica. Una situación que, si bien con distinta intensidad, padece hasta un 10% de toda la población mundial. Pero, ¿no hay nada que se pueda hacer? Pues sí. A día de hoy ya hay disponibles distintos tipos de fármacos eficaces frente al dolor crónico. Unos fármacos que, sin embargo, no solo se asocian a unos efectos secundarios muy ‘notables’, sino que pueden resultar muy adictivos. Por tanto, su uso a largo plazo parece más que desaconsejable. Hay que buscar otra solución. Y según muestra un estudio dirigido por investigadores del Colegio Universitario de Londres (Reino Unido), esta podría encontrarse en una familia italiana.
Concretamente, el estudio, publicado en la revista «Brain», describe una mutación genética rara descubierta en seis miembros de una familia italiana y que hace que sus portadores presenten una sensibilidad inusualmente baja al dolor. Una mutación en el gen ‘ZFHX2’ que, en opinión de los autores, abre la puerta al desarrollo de nuevos fármacos más eficaces para el alivio del dolor agudo y, sobre todo, crónico.
Como explica James Cox, director de la investigación, «los miembros de esta familia se pueden quemar o experimentar fracturas óseas sin sufrir ningún dolor. Sin embargo, todos tienen una densidad de fibra nerviosa intraepidérmica totalmente normal, lo que indica que todos sus nervios están ahí, pero que no están trabajando como deberían. Así, estamos analizando la razón exacta por la que no sienten demasiado dolor para ver si podría ayudarnos en el diseño de nuevos tratamientos analgésicos».

Mutación ‘indolora’

La ‘analgesia congénita’ se define como todo trastorno hereditario que provoque que una persona muestre ya desde su nacimiento una capacidad reducida para sentir dolor físico. Un concepto que no resulta, ni mucho menos, novedoso. De hecho, esta analgesia congénita se presenta como una de las principales áreas de investigación para el desarrollo de nuevos tratamientos para el dolor. Sin demasiado éxito. Y es que si bien ya se conocían dos mutaciones causantes de analgesia congénita, no se ha logrado ‘traducirlas’ en fármacos para el alivio del dolor.
En el nuevo estudio, los autores analizaron la secuencia genética de los seis miembros de la familia italiana con el bautizado como ‘síndrome de Marsili’ –el apellido familiar es, obviamente, Marsili–, caracterizado por, entre otros signos, las fracturas óseas indoloras y la hiposensibilidad a la capsaicina –el ingrediente picante de las guindillas– y al calor nocivo. Y lo que vieron es que los seis miembros portaban una mutación hasta ahora nunca vista en el gen ‘ZFHX2’.
El siguiente paso fue evaluar cómo la mutación afectaba a la sensación del dolor. Y para ello, utilizaron un modelo animal –ratones– al que habían eliminado el gen ‘ZFHX2’ ya en el momento de su gestación. ¿Y qué pasó? Pues que la ausencia del gen provocó que los ratones presentaran distintos umbrales de dolor, lo que demuestra que ‘ZFHX2’ se encuentra implicado, de una u otra manera, en la percepción del dolor.
Finalmente, los autores emplearon un segundo modelo animal –ratones– al que manipularon genéticamente para que portaran la mutación causante del ‘síndrome de Marsili’. Y en este caso, lo que vieron es que todos los ratones presentaban una insensibilidad notablemente elevada a las altas temperaturas –pudiendo llegar a sufrir quemaduras sin inmutarse.
Es más; los resultados llevados a cabo con los ratones también revelaron que el gen ‘ZFHX2’ regula la expresión de otros muchos genes bien conocidos por su papel en las vías de señalización del dolor.

Posible terapia génica

En definitiva, como indica Anna Maria Aloisi, «al identificar esta mutación y demostrar que contribuye a la insensibilidad al dolor en los miembros de esta familia hemos abierto la puerta a una nueva vía de desarrollo farmacológico para el alivio del dolor. Necesitamos más estudios para entender cómo afecta exactamente esta mutación a la sensibilidad al dolor y para ver qué otros genes podrían estar implicados, lo que nos permitirá la identificación de novedosas dianas para el desarrollo de fármacos».
Sin embargo, es posible que la clave una analgesia eficaz no se encuentre en el botiquín. Como refiere John Wood, co-autor de la investigación, «un posible tratamiento sería la terapia génica. Para ello debemos encontrar la manera de imitar el ‘fenotipo Marsili’ mediante la sobreexpresión del factor de transcripción mutado».
Sea como fuere, concluye Abdella Habib, co-autor del estudio, «esperamos que nuestros hallazgos y los proyectos de investigación subsecuentes ayuden a desarrollar mejores tratamientos para los millones de personas que, en todo el mundo, experimentan un dolor crónico y no logran alivio con los fármacos disponibles».




martes, 20 de febrero de 2018


sabías que


Una inmunoterapia con virus frena al cáncer cerebral más letal

Hace más de un siglo, algunos enfermos de cáncer experimentaron mejorías sorprendentes tras contraer la gripe. Los médicos nunca pudieron determinar si el virus estaba matando al cáncer o si la infección había espabilado a su sistema inmune, que normalmente no identifica a las células malignas del cáncer. Aunque no podían saberlo, estaban ante casos accidentales de inmunoterapia, el tratamiento que actualmente se usa contra un creciente número de tumores.
Un estudio publicado esta semana persigue ese mismo efecto terapéutico usando un virus del resfriado modificado para hacer enfermar selectivamente a las células tumorales. El trabajo se basa en un adenovirus con dos pequeños cambios en su ADN que fue desarrollado en 2003 por Candelaria Gómez-Manzano y Juan Fueyo, un matrimonio de neurólogos españoles que trabaja en el Centro de Cáncer MD Anderson de EEUU desde 1994. El primer cambio hace que el virus se una selectivamente a las integrinas, proteínas que abundan en la superficie de las células tumorales. La segunda modificación solo le permite replicarse y causar una infección si el gen del retinoblastoma está desactivado, un marcador típico de los tumores ausente en células sanas.
Los investigadores han usado este virus, llamado DNX-2401, para combatir el glioblastoma, el tumor cerebral más común y también el más letal. Esta clase de cáncer no responde a la inmunoterapia. Los tratamientos convencionales consisten en extirpar el tumor y aplicar radioterapia y quimio, aunque en casi todos los casos hay recaídas y la mediana de supervivencia es de 14 meses.
Los resultados de un estudio con 25 pacientes con glioblastoma acaban de mostrar que el 20% de ellos vivieron más de tres años tras recibir una sola inyección con el adenovirus en el cerebro. Todos habían pasado previamente por el tratamiento convencional, pero los tumores habían vuelto a aparecer. La supervivencia media de este tipo de casos es de unos seis meses. En el ensayo clínico, el virus redujo el tamaño de los tumores en el 70% de los pacientes y los tres enfermos que mejor respondieron llegaron a vivir más de cuatro años.
“Es la primera vez que un virus oncolítico [que combate el cáncer] muestra unos beneficios así contra el glioblastoma”, resalta Gómez-Manzano. “Desde que comenzamos a estudiar terapias contra estos tumores, el beneficio que han mostrado los pocos fármacos nuevos que han llegado al mercado se han medido en semanas más de vida”, resalta la neuróloga.
En los pacientes que mejor respondieron al tratamiento el virus funcionó como una inmunoterapia. Primero el virus penetra en las células tumorales y comienza a destruirlas. Después, el sistema inmune de los pacientes detecta la presencia del virus y lo elimina eliminarlo. “Este proceso provoca que las células tumorales queden desenmascaradas y que el sistema inmune las aniquile incluso después de que el virus oncolítico haya sido eliminado del organismo”, explica Juan Fueyo. Los resultados de este estudio, en el que han participado científicos en EE UU, España y Países Bajos, se acaban de publicar en Journal of Clinical Oncology.
El tratamiento consigue alargar la calidad de vida de los enfermos, pero no curarlos, pues los tumores acaban reapareciendo. Sin embargo, la mejora en la calidad de vida de los pacientes es tan destacada que hay en marcha un nuevo ensayo clínico en fase dos, la segunda de las tres necesarias para poder aprobar un fármaco. El nuevo ensayo se realizará en varios hospitales de EE UU en adultos con tumores cerebrales a los que se les administrará el adenovirus combinado con pembrolizumab, un fármaco de inmunoterapia comercializado como Keytruda por Merck.
En España, la Clínica Universidad de Navarra va a probar el virus junto al tratamiento convencional con radioterapia en niños con tumores en el tronco cerebral. “Este es un tumor infantil poco común, pero no tiene cura y es el de mayor mortalidad”, explica Marta Alonso, bióloga de la Universidad de Navarra y coautora del estudio. “Por ahora llevamos dos pacientes tratados y lo que sabemos es que el virus es seguro”, añade.
Carmen Balaña, experta en tumores cerebrales del Instituto Catalán de Oncología que no ha participado en el estudio, valora esta nueva línea de tratamientos experimentales, pero pide cautela. “Aumentar más de tres años la vida de pacientes desahuciados como los que participaron en el estudio es muy llamativo, pero en glioblastoma hemos visto caer muchos fármacos tan prometedores como estos. Estos virus están aún en un estado de desarrollo muy precoz, pero también muy interesante”, resalta.
Gómez-Manzano y Fueyo confían en que este nuevo enfoque de usar virus como inmunoterapia pueda dar mejores resultados y en un mayor número de pacientes. Los investigadores ya han desarrollado una versión mejorada de su adenovirus con una tercera modificación que promueve la producción de la proteína OX40, lo que permite a los linfocitos identificar y destruir a las células del tumor.

lunes, 19 de febrero de 2018

Identificado el origen de la mayoría de los cánceres de ovario: las trompas de Falopio

En nuestro país se diagnosticaron en 2015 un total de 3.228 nuevos casos de cáncer de ovario, tipo de tumor que representa la primera causa de deceso por cáncer ginecológico en la población femenina española y la sexta en el conjunto total de enfermedades oncológicas. Una elevada mortalidad que se explica fundamentalmente por el retraso en el diagnóstico del tumor, lo que provoca que el porcentaje de mujeres que sobreviven a los 10 años de su detección no llegue al 30%. Pero, ¿por qué esta demora diagnóstica? Pues básicamente, por la falta de síntomas específicos que permitan a la paciente, o a su médico, sospechar de la presencia de la enfermedad. Pero aún hay más: parece que tampoco está muy claro dónde se origina el tumor. O así ha sido hasta ahora. Y es que un estudio dirigido por investigadores del Instituto Oncológico Integral Sidney Kimmel de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore (EE.UU.) muestra que, como ya sospechaban algunos científicos, el inicio de la mayoría de los cánceres de ovario se localiza en las trompas de Falopio, esto es, los conductos fibrosos que conectan los ovarios con el útero. Un descubrimiento que abre la puerta al desarrollo de nuevas estrategias para la prevención y tratamiento de esta devastadora enfermedad.
Como explica Victor Velculescu, director de esta investigación publicada en la revista «Nature Communications», «los tratamientos para el cáncer de ovario no han evolucionado demasiado en las últimas décadas, y esto puede deberse, al menos en parte, a que hemos estado estudiando un tejido erróneo del origen de estos tumores. Si estudios con muestras más grandes de mujeres confirman que las trompas de Falopio son el lugar de origen de la mayoría de los cánceres de ovario, podríamos llevar a cabo un cambio muy significativo en la manera en que abordamos esta enfermedad en las pacientes en riesgo».

Rastrear el origen

En el estudio, los autores analizaron las muestras de células sanas y de células de cáncer de ovario, de metástasis en distintos órganos y de pequeños tumores en las trompas de Falopio –tanto de ‘carcinomas serosos tubulares intraepiteliales’ (STIC) como de pequeñas masas de células cancerígenas con mutaciones en el gen ‘p53’– tomadas a cinco pacientes diagnosticadas de un adenocarcinoma seroso de ovario –el tipo de tumor que supone hasta el 75% de los casos de cáncer de ovario– de alto grado.
Asimismo, los autores analizaron las muestras de las células sanas y de los STIC tomadas a otras cuatro mujeres que se habían sometido a una extirpación profiláctica de sus ovarios y trompas de Falopio al haber heredado una mutación en el gen ‘BRCA’ que predisponía al desarrollo del tumor.
Concretamente, lo que hicieron los investigadores fue llevar a cabo la secuenciación genética de todas las muestras para detectar la presencia de mutaciones en el ADN celular. Y lo que encontraron es que en todas las muestras tumorales de las nueve pacientes, es decir, en las células de cáncer de ovario, de las metástasis y de los pequeños tumores en las trompas de Falopio, pero no así en las células sanas, había una pérdida de material en el cromosoma 17, exactamente de la región en la que se localiza el gen ‘p53’, bien conocido por su papel en la aparición de diversos tipos de cáncer. Un resultado que sugiere que los defectos en la expresión, o la ausencia de expresión, del gen ‘p53’ constituyen uno de los primeros pasos en el desarrollo del cáncer de ovario.
Es más; las muestras de las nueve mujeres también habían perdido regiones de su ADN en las que se encontraban el gen ‘BRCA1’, el gen ‘BRCA2’, o ambos. Y asimismo, las muestras de cuatro participantes carecían de la región en el cromosoma 10 en la que se encuentra el gen ‘PTEN’, igualmente implicado en el desarrollo de tumores.
Finalmente, y una vez identificadas las mutaciones –la pérdida o ‘deleción’ de material genético es un tipo de mutación–, los autores rastrearon el origen de los tumores de las cinco pacientes con adenocarcinoma seroso de ovario. Para ello, partieron de la premisa de que las células cancerígenas ‘originales’ presentan menos mutaciones que las nacidas de su proliferación incontrolada. Y esta labor de rastreo, indican los autores, «nos ha llevado a concluir que los cánceres de cada una de las pacientes comenzaron con errores en el STIC o en lesiones más tempranas en las trompas de Falopio. Además, los errores adicionales en el ADN se encontraron solo en las células alojadas en el ovario y en las metástasis. Por tanto, nuestro análisis sugiere que el cáncer en los ovarios se origina en los tumores iniciales en las trompas de Falopio, que ya contienen las mutaciones claves en el ADN necesarias para la enfermedad».
Además, los autores también estimaron el tiempo promedio que se requiere para que el tumor en las trompas de Falopio –el STIC– de lugar al cáncer de ovario y, posteriormente, para que el cáncer se disemine por el cuerpo. Y de acuerdo con los resultados, pasan 6,5 años desde que el STIC se convierte en un cáncer de ovario y tan solo dos para que luego se extienda por el organismo. Como apunta Victor Velculescu, «estos hallazgos concuerdan con lo que vemos en las consultas, en las que las pacientes en las que se diagnostica por primera vez el cáncer este ya se ha expandido».

Implicaciones clínicas

En definitiva, parece que la mayoría de los tumores de ovario tienen su origen en las trompas de Falopio. Un hallazgo que de confirmarse podría llegar a cambiar la forma en la que se aborda este tumor.
Como concluye Victor Velculescu, «la confirmación de nuestros resultados podría ayudar a algunas mujeres a evitar la extirpación de sus ovarios y la consecuente pérdida de hormonas que aumentaría su riesgo de enfermedades cardiovasculares. La ventana de tiempo existente entre el desarrollo del STIC y las metástasis enfatiza la importancia del desarrollo de nuevas técnicas de cribado, caso de biopsias líquidas para la detección temprana del cáncer de ovario».


domingo, 18 de febrero de 2018

sabías que


una bacteria para que produzca proteínas artificiales

Algunos científicos trabajan en usar los microorganismos como pequeñas máquinas capaces de fabricar medicamentos, consumir sustancias contaminantes, atacar tumores o comportarse incluso como diminutos computadores. Por medio de la llamada Biología Sintética, estudian estos pequeños seres vivos con la misma mirada que emplean los ingenieros con mecanismos y ordenadores. De esta forma son capaces de crear nuevas funciones que no existen en la naturaleza y desarrollar seres vivos que operan por medio de moléculas totalmente artificiales. Sus grandes ventajas son que pueden hacer cosas nuevas y que dificultan la posibilidad de contaminar el medio ambiente, puesto que sus moléculas artificiales no son compatibles con las naturales.
Este miércoles, una investigación ha permitido que la Biología Sintética dé un importante paso adelante. Científicos del Instituto de Investigación Scripps, en La Jolla, California (EE.UU.) han publicado un estudio en Nature en el que han presentado el que es uno de los organismos (parcialmente) sintéticos más avanzado hasta la fecha. En concreto, han logrado que una bacteria incorpore dos nucleótidos (los ladrillos que forman el ADN) artificiales, y que esta sea capaz de leerlos para «fabricar» proteínas también artificiales con la misma eficiencia con la que estos microbios producen las moléculas naturales.
«Este artículo es un avance importante, porque han conseguido no solo introducir nucleótidos nuevos sino también que estos sean reconocidos por la maquinaria de expresión», ha explicado a ABC Víctor de Lorenzo, Profesor de Investigación del CSIC en el Centro Nacional de Biotecnología y experto en Biología Sintética, que no ha participado en el artículo. «Por así decirlo, han logrado introducir dos nuevas letras en el alfabeto y conseguir que la maquinaria de las bacterias pueda leerlas y darles un significado».
Esto quiere decir que, partiendo de algunas moléculas artificiales, las bacterias han sido capaces de producir ARN a partir de ADN (transcripción) y proteínas a partir de ese ARN (traducción). Por ello, los autores del estudio, encabezados por Floyd Romesberg, han explicado que esperan que la bacteria pueda ser una plataforma para crear nuevas proteínas y funcionalidades. El microbio escogido ha sido uno de los caballos de batalla favoritos de los investigadores: una cepa de la especie Escherichia coli, habitante habitual del sistema digestivo de los humanos.

Las instrucciones de la vida

Las instrucciones que permiten que los seres vivos funcionen están contenidas en el ADN. Este «manual de instrucciones» está escrito a partir de un código de tan solo cuatro letras (A, C, G y T), que en realidad son cuatro nucleótidos que se aparean entre sí (la A con la T, y la C con la G). Cuando la maquinaria de las células quiere leer estas instrucciones primero las transcribe a ARN (en el que se producen algunos cambios en las letras) y luego leen las secuencias resultantes. En función de cómo se coloquen y de cuántas haya, se fabrican unas proteínas u otras. Con todo, en general los seres vivos fabrican proteínas a partir de distintas combinaciones de solo 20 «ladrillos», los aminoácidos.
En esta ocasión, Romesberg y su equipo han creado una pareja artificial de nucleótidos o «letras». Han modificado la maquinaria para fabricar ARN y proteínas, y así han producido proteínas que que incorporan aminoácidos artificiales, más allá de los 20 que existen en los seres vivos. Además, han conseguido que la bacteria lo haga con la misma eficiencia con la que fabrica sus moléculas naturales.
Esta investigación tuvo un importante hito en 2014, cuando estos investigadores pudieron introducir dos nucleótidos artificiales en el ADN. Pero ahora, han conseguido que esas letras sintéticas introducidas en las intrucciones genéticas sean «pronunciadas» por las células en forma de proteínas. «Nunca antes se había logrado hacer todo este camino», ha explicado Víctor de Lorenzo.
¿Para qué sirve esto? El investigador ha explicado que esto permite aumentar la riqueza del lenguaje de la naturaleza: «Amplía la funcionalidad de las proteínas. En vez de un alfabeto de 20 letras (aminoácidos), ahora puede haber muchas más letras». Otro punto interesante es la contención, es decir, la dificultad de contaminar a los seres vivos naturales con material genético artificial: «Las bacterias que tienen este tipo de cambios son súper seguras porque si su material genético acaba en el medio ambiente no puede ser entendido por otras bacterias. Es como si encuentras un libro de instrucciones en sánscrito y no puedes entenderlo».
El camino de la Biología Sintética no ha hecho más que comenzar. Con la aparición de nuevas funciones se abre ante los investigadores un océano inexplorado donde los seres vivos pueden desempeñar nuevas tareas de gran utilidad. Podrían producir biocombustibles, medicamentos, ayudar a curar tumores o incluso trabajar como transistores y pequeñas puertas lógicas. El reto científico, según Víctor de Lorenzo, es enorme, pero también prometedor.