Hacía casi 90 años desde el último descubrimiento de una nueva especie viviente de homínido, un gran simio, así que el pasado noviembre los científicos celebraron la presentación del último miembro de la familia a la que también pertenece el ser humano. Se trata del orangután de Tapanuli (Pongo tapanuliensis), el tercero de los suyos junto a los de Sumatra y Borneo. Vive en el área de Batang Toru, una superficie de 1.100 km cuadrados en el norte de la isla de Sumatra. Su aspecto exterior no difiere demasiado del de otros orangutanes, motivo por el que ha pasado desapercibido hasta ahora, pero, según los investigadores, su ADN no deja lugar a dudas de que es una especie única. En el estudio de su genética resultó fundamental la aportación de científicos del Instituto de Biología Evolutiva, centro mixto del CSIC y la Universidad Pompeu Fabra (UPF) en Barcelona.
Apenas quedan 800 ejemplares, severamente amenazados por la caza y el plan de construcción de una presa hidroeléctrica que inundaría gran parte de su hábitat, por lo que los científicos advierten de que podrían desaparecer en pocas décadas.
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